Uno de los mejores momentos en cualquiera de los dias de mi casi siempre aburrida existencia, es en el cual me dispongo a abrir ese "pedazo" de periódico, con toda esa cantidad de letras tan bien organizadas, que si no fuera porque no dan más que testimonios de lo desorganizada que está la vida, sería uno de los milagros más grandes de todos los acontecimientos cotidianos que parecen milagros.
¿Qué es un milagro? Algo inusual, extraordinario, anormal, anómalo...¿No es extraordinario que miles de letras se pongan en orden para contar algo que está completamente desordenado? ¿Y que eso suceda a diario? ¿Cuantas de las cosas que hacemos a diario cientos de veces a lo largo de toda la vida, pueden estar a la altura de este fenómeno?
Imagina que vas al supermercado. Cargas el carro con todo lo que buscabas, y cuando llegas a la caja y la cajera te dice una cifra, tu le das una tarjeta de crédito. Ella pasa la tarjeta por un aparato que la lee y milagrosamente te hace poseedor de una cifra que vas a deber. Si esto no es un milagro...
De cualquier manera es milagrosa la paz interior que algo como un periódico me puede dar. Despues de soportar una mañana donde es un milagro no haber matado a alguien, te sientas con un café y un cigarro a leer el periódico. ¡Tú solo! Un momento para ti. No puedes decir que es inolvidable, porque pasadas dos horas, sólo te acordaras de ello si haces un esfuerzo. Pero tiene algo de especial. Es parte de un ritual diario, como será para otros la siesta, por ejemplo. Termino de comer y me quedo dormido. No. Termino de comer, me bajo al bar, me hago un café y me siento a mirar el periódico.
Normalmente empiezo por la última hoja. La de atrás. Suele tener noticias curiosas, en cierto modo milagrosas, que el resto de el periódico envidiará. Me imagino a cada una de las noticias del periódico envidiando a la noticia de la última hoja. Como si de un personaje de esos juegos interactivos que hay ahora se tratara. Unas veces son noticias divertidas, o con final feliz. Otras son más duras o con un final trágico. Pero no dejan de ser especiales. Cuando pasas la página te encuentras la programación de los canales de televisión "que no se pagan". No se pagan en dinero. Se pagan en salud. La que pierdes si los ves mucho. A veces hay algo bueno. Sueles encontrar cosas interesantes entre un montón de lo que ahora llaman "telebasura". Pero en mi opinión en la tele siempre hay algo que merezca la pena.
Cuando termino de ver la cantidad de cosas que no voy a ver en la tele, me encuentro con el final de la sección de economía. Es la parte donde se informa de las cotizaciones de las bolsas, del euribor famoso, de los bancos, de la cantidad que ganan algunas empresas que hacen auditorías o informes...un "telar" que diría mi amigo Berna.
Pero cuando has pasado esa pesadilla de números e índices te adentras en el maravilloso mundo de los deportes. Y si es un lunes de mayo, con todos los acontecimientos deportivos de los fines de semana en mayo...o en septiembre...lo mejor del mundo. Te sumerjes en un millar de partidos de tenis, fútbol, carreras de coches, motos. O en Agosto en un año de Juegos Olímpicos. También es un milagro que algo que tiene como principal atractivo no conocer el final cuando se está celebrando, sea maravilloso cuando ha terminado, y encima te lo están contando. Pero hay está otra vez. Ese componente milagroso que hace que cada una de nuestras existencias pueda ser considerada como un milagro. Aunque un experto en probabilidad o estadística te diga lo contrario. Yo creo que hay un montón de milagros a diario. Sólo estar vivo me parece uno de ellos. Y si además tengo tiempo para mirar el periódico...
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